Argentina | Ballena franca austral en Argentina: cuándo y dónde verlas en su hábitat natural

Argentina | Ballena franca austral en Argentina: cuándo y dónde verlas en su hábitat natural

Cada año, la ballena franca austral (Eubalaena australis) llega a las costas de la Península Valdés, en la provincia de Chubut, Argentina, para reproducirse, parir y cuidar a sus crías. Esta migración de ballenas comienza a fines de mayo y se extiende hasta mediados de diciembre, y convierte a la región en uno de los destinos más reconocidos para el whale watching en Argentina.

Ballena franca austral: una especie icónica del Atlántico Sur

La ballena franca austral es una de las especies más emblemáticas del hemisferio sur. Puede alcanzar hasta 16 metros de longitud y pesar alrededor de 50 toneladas. Su cuerpo macizo y oscuro, sin aleta dorsal, se distingue fácilmente por las callosidades en su cabeza, que son únicas en cada ejemplar y permiten su identificación. Las hembras, más grandes que los machos, dan a luz una sola cría cada tres años aproximadamente.

Esta especie estuvo al borde de la extinción debido a la caza comercial entre los siglos XIX y XX. Desde entonces, su población se ha recuperado de manera notable en aguas argentinas, especialmente en los golfos Nuevo y San José. Según investigaciones científicas, las ballenas francas utilizan estas zonas como áreas de cría desde hace más de 1.000 años, aprovechando las aguas calmas y poco profundas para el desarrollo de los ballenatos.

La mejor época para el avistaje de ballenas en la Patagonia

La temporada oficial de ballenas en Península Valdés se desarrolla entre junio y diciembre. Sin embargo, el ciclo comienza hacia fines de mayo, con la llegada de los primeros ejemplares a los golfos Nuevo y San José. Durante julio y agosto, es común ver a las madres nadando junto a sus crías en aguas cercanas a la costa. Estos meses son ideales para el avistaje desde tierra firme.

A medida que se acerca la primavera, la actividad se intensifica. En septiembre y octubre se observa una mayor interacción entre los ejemplares: saltos, vocalizaciones y juegos entre ballenatos. Estos meses coinciden con condiciones meteorológicas más favorables y constituyen el período más recomendable para realizar excursiones embarcadas. Para muchos viajeros, esta época representa la mejor época para ver ballenas en la Patagonia. 

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