Argentina | Cuando los roles de género se dan vuelta | Matías Sendón y Cecilia Bassano dirigen “Sexista”

Argentina | Cuando los roles de género se dan vuelta | Matías Sendón y Cecilia Bassano dirigen “Sexista”

La directora y dramaturga Cecilia Bassano se topó con Sexista hace dos años. Su autora, la bestseller suiza Yvonne Eisenring, estaba en Argentina haciendo una residencia artística y buscaba alguien que pudiera traducir y dirigir sus textos, y la contactó. “Apenas leí esta obra supe que quería montarla. Me pareció provocadora, lúcida, incómoda en el mejor sentido. Un texto con humor, con filo, que te sacude y enfrenta”, cuenta Bassano a Página/12. Comparte la dirección con Matías Sendón, reconocido por su trabajo de iluminación en teatro. Como el espectáculo aborda la cuestión de género, la artista agrega: “La estamos poniendo en escena en un contexto donde se recortan derechos y el discurso público tiende a banalizar la violencia y relativizar las conquistas del feminismo. Hacer teatro ya es un acto político“.

En la obra -que se presenta los miércoles a las 20 en Dumont 4040, Santos Dumont 4040-, actúa Thelma Fardin, cuya presencia amplifica el sentido del material, ya que la actriz se ha convertido en un símbolo de lucha por la igualdad de género. Hace unos meses, la Justicia de Brasil reconfirmó la culpabilidad de Juan Darthés en el juicio por violación contra ella. Completan el elenco Agostina Fabrizio, Fabián Carrasco y Emanuel Parga. Fardin interpreta a Julia, una mujer “sexista, vulgar y hambrienta de poder”, como resume la sinopsis. Es que para esta obra la autora imaginó qué pasaría si los roles de género se dieran vuelta, entonces Julia le teme al compromiso sentimental y asciende sin culpa ni escrúpulos en su carrera profesional. 

Se suma una capa de sentido con una estructura de teatro dentro del teatro: mientras que las actrices disfrutan de sus personajes, los actores reniegan. “El teatro no está aislado de lo que sucede en la realidad. Pensarlo como un lugar de resguardo a estas situaciones de violencia es un prejuicio. En general vemos los resultados de los procesos, nos conectamos como espectadores con la parte feliz del hecho, pero los que integran la comunidad teatral no dejan de ser parte de esta sociedad que atraviesa una crisis y un desamparo enormes”, plantea Sendón. “¿Cuántas autoras mujeres vemos hoy programadas en el teatro oficial o comercial? Muy pocas. Se habla de inclusión, pero siguen dominando los liderazgos masculinos, las estructuras jerárquicas, las lógicas verticales. Lo que sí veo y celebro es una red de mujeres creando y sosteniéndose entre sí”, aporta Bassano, quien regresa a la actividad después de una pausa por maternidad.

Ella estuvo, también, a cargo de la traducción. Se propuso que el texto sonara “como si fuese local”. “Es una obra que habla del patriarcado, el consumo, el abuso de poder, los mandatos y los roles naturalizados. Lo brechtiano convive con lo naturalista, el humor con la incomodidad, lo performático con lo teatral. La puesta no traduce literalmente lo escrito: lo amplifica, lo tensiona, lo vuelve cuerpo”, describe la directora.

“En Buenos Aires, donde el feminismo es vibrante, activo y lleno de contradicciones fértiles, esta obra dialoga de forma potente con debates urgentes”, dice. El humor “expone dinámicas naturalizadas” y conduce al público a reírse de lo que “hay que cuestionar”. “Uno podría pensar que la obra trabaja con clichés del pasado. Sin embargo, es impresionante ver que siguen sucediendo aún hoy. Se mete con los estereotipos más conocidos y los lleva al límite, hasta volverlos ridículos. No podemos dejar de reconocerlos. Y eso que apenas estamos hablando del sexismo en un contexto cis y hétero. Es solo una punta del iceberg.” En síntesis, Sexista es la puesta en escena de “la brutalidad del machismo tal como opera en lo cotidiano, en un entorno de varones ‘modernos’, ‘deconstruidos’, ‘aliades’“. Para Bassano, “es una invitación a mirar lo que todavía no cambió”.

Por su parte, Sendón entró a la propuesta como iluminador y escenógrafo. Esta es su segunda pieza como director (la primera fue Hay que sacar a pasear al perro, del croata Tomislav Zajec). “La tarea de director es una ampliación a mi labor dentro del teatro. Participé en infinitos procesos y he visto muchos trabajos teatrales magníficos, otros que no lo fueron, procesos que tomaron caminos inciertos y otros que pudieron afianzarse. Ser testigo de todo eso me dio y me sigue dando una opinión personal sobre los materiales con los que trabajo”, cuenta. “Siempre intento encontrar la luz que le pertenece a cada obra. Es una manera de ver a cada una desde su singularidad. Ese entrenamiento me genera la confianza para cruzar ciertos límites y colocarme en otra zona. Soy un iluminador que dirige una obra“, se define. “En una obra que pone en escena las tensiones del sexismo, que una mirada femenina y una masculina convivan en la dirección no es un detalle menor. Ese diálogo -y también esa fricción- fueron no solo necesarios, sino profundamente productivos”, reflexiona Bassano.

-¿Cómo fue el proceso de ensayos?
Matías Sendón:- Se dividió en dos etapas. La inicial estuvo a cargo de Cecilia, que delineó la propuesta. Luego vino una segunda etapa en la que me sumé como codirector y empezamos a trabajar en detalle cada escena y el recorrido de cada personaje. Hubo mucho trabajo con los actores en cómo decir y diferenciar los momentos que plantea la obra. Comienza como una obra normal en que una actriz y un actor desarrollan una escena y luego la cortan para ser ellos mismos los que opinan sobre lo que están representando. Ese cambio de código fue algo en lo que hicimos foco porque entendimos que era troncal, que sacaba a la obra de la idea de cuento, de lo anecdótico, y traía al proyecto a una zona más enrarecida y actual.
Cecilia Bassano:- Habíamos previsto cinco semanas de ensayo, pero a mitad de camino algo se encendió: el material crecía, se complejizaba y surgían nuevas preguntas escénicas. Matías venía acompañando el proyecto desde el origen y su incorporación (como director) podía enriquecer lo que estábamos construyendo. Fue una apuesta por abrir el juego, por abrazar una forma más colectiva de trabajo. Me importa que los procesos se nutran de lo que necesitan, y en ese momento lo que necesitábamos era multiplicar las miradas. Es un honor trabajar con él, es un hito que se lance a dirigir, y ojalá lo siga haciendo, porque tiene una mirada condensada y lo hace muy bien. Su llegada también habilitó mirar el proceso con otra perspectiva, repensar decisiones y animarnos a probar nuevas dinámicas. 

-¿Cómo fue trabajar con Thelma después de su victoria judicial y en el marco de una obra que trata cuestiones de género?
M.S.:- No somos ingenuos en relación a este tema. Sabemos y conocemos el caso de Thelma y también sabemos que el público lo sabe. Así y todo, buscamos encontrar en todo este proceso a Thelma actriz y la encontramos. Su trabajo es muy impresionante, tiene una ductilidad enorme y es una gran compañera de equipo. La escucha y la mirada que genera en el escenario es admirable, así como su nivel de propuesta. Creo que poder separar a Thelma de su caso, aunque la obra trate sobre el género y la violencia, hace que pueda transitar cualquier papel como actriz, el que le plazca, sin tener que preocuparse o quedar cancelada por cierto tipo de temáticas.
C.B.:- Emocionante. Conmovedor. Fue muy movilizante esa victoria, que más allá de lo personal, tiene ya una dimensión colectiva. Que Thelma forme parte de esta obra le da un peso específico, una resonancia, un sentido más profundo. La enriquece. Sabemos el metatexto que genera su presencia. Pero lo más importante para nosotrxs fue trabajar con ella como actriz, con su talento, su inteligencia y compromiso, más allá de su historia personal y pública. Trabajar con Thelma deja huella. Te hace crecer. Va siempre más allá: reflexiona, propone, hace preguntas. Es exigente con su trabajo y absolutamente comprometida con todo lo que hace. Le voy a estar siempre agradecida por su voto de confianza. No nos conocíamos antes de este proyecto, y en este contexto, sostener ese compromiso dice muchísimo.

@P12