Argentina | “El polvo”, ventana abierta a la intimidad | Se estrena en el marco del Ciclo SOY

Argentina | “El polvo”, ventana abierta a la intimidad | Se estrena en el marco del Ciclo SOY

Continúa el Ciclo de Cine LGBTIQ+ organizado por el Suplemento Soy de Página/12 y el Cine Arte Cacodelphia con clásicos y estrenos argentinos atravesados por la diversidad sexual y la identidad de género, con una programación pensada para contrarrestar los discursos de odio promovidos por el poder político que busca silenciar expresiones culturales disidentes. Este jueves le llega el turno a un estreno: El polvo, la última película del realizador y sonidista Nicolás Torchinsky, quien ya venía trabajando los tópicos de la identidad y la memoria en películas anteriores como La Nostalgia del Centauro o Érase una vez en Quizca pero que, en esta oportunidad, esa misma temática lo toca aún más de cerca: la reconstrucción audiovisual de los recuerdos de su tía July Regina Romero, una mujer trans multifacética, artista, persona y personaje lleno de historias y anécdotas, en el momento en el que el director y su familia deben vaciar su departamento tras su fallecimiento. 

De esta manera, la pantalla se cubre del polvo de una vivienda ya deshabitada pero invadida de mensajes en el contestador automático, pastilleros medio vacíos, medicamentos vencidos, chalinas a granel y perfumes y vestidos cubiertos de brillos junto a una escarapela argentina y una del orgullo LGBTIQ+ reposadas sobre la mesa de luz, al costado de una cama deshecha y de cajas, muchas cajas para archivar una vida que ya no está. El polvo se erige entonces como un ensayo cinematográfico profundamente personal en perfecta concordancia con las declaraciones de su director una vez concluida esta obra: “El cine es un instrumento de memoria fascinante”.

Construyendo una ventana abierta a la intimidad y cuidando la cercanía de los espacios y las historias que cuentan, el único escenario del film lo constituye este pequeño departamento porteño atiborrado de objetos y vivencias por descubrir, siendo el de la tía July el único rostro que se presencia durante toda esta mudanza registrada por la cámara, reflejado en las fotografías encontradas y en los antiguos videos en VHS que la presentan en sociedad al gran público que se ubica del otro lado de la pantalla. La familia se dedica a seleccionar, guardar o descartar las pertenencias ya sin dueña, cargando con el peso de tener que penetrar involuntariamente en la privacidad de su vida en este proceso de duelo que representa el film, dedicado a capturar las múltiples identidades de July y su convulsionada historia, marcada por el arte, el teatro, las amistades y los amores intensos pero también por el exilio, la convivencia con el VIH y las noches de soledad en calabozos helados.

Realizada en 2023 con el apoyo del INCAA, proyectada en salas independientes y festivales de Buenos Aires, París, Toulouse o Leipzig, seleccionada en el Festival de Mar del Plata y galardonada como “Mejor Película” en el 10º Queer Porto – International Queer Film Festival de Portugal, El polvo es una prueba de amor y un intento de cristalizar esa memoria escurridiza a través de la biografía audiovisual de una persona tan cercana como misteriosa. Una vida reconstruida por los registros de sus actuaciones en el teatro representando Una visita inoportuna de Copi, las cartas de amantes pasajeros y las fotos junto a chonguitos en la playa en los años en los que vivió exiliada en Brasil por la dictadura militar argentina, un tiempo en el que también aprendió a amar para siempre a la cantante y poeta María Bethania. Fue fundamental su paso por la tierra del Carnaval, que la acogió y le dio la oportunidad de ser completamente “Regina”, en donde también estuvo presa por prostituirse en las calles y, como cuentan las buenas lenguas, desde su celda le supo cantar un puñado de canciones a un dirigente social ubicado en el calabozo inmediatamente próximo al suyo que ya empezaba a hacerse conocido con el nombre de “Lula”. 

Estos son algunos de los muchos recursos que utiliza El polvo para imaginar, soñar y dar a conocer al mundo la nostalgia que Nicolás transita sobre la historia de su querida tía, tal como lo refleja su propio testimonio: “July era mi tía. Teníamos la idea de hacer un proyecto, pero cuando decidimos que era un buen momento para comenzar, ya fue tarde. Tras su fallecimiento, con una cámara prestada, registré su departamento tal cual quedó la última vez que estuvo allí. Aún latía algo de ella. Los objetos acumulados a lo largo de una vida y los espacios que habitaban me observaban e interpelaban. Decidí comenzar por el encuentro que nunca sucedió, por la arbitrariedad de la vida, en su casa”.

Mientras continúa la limpieza física pero también espiritual de su pequeño pero superpoblado departamento suenan reiteradas veces los teléfonos y las voces, como la de su amigo Patricio que da en la tecla con una frase que resume los padecimientos de las vidas trans más aún en aquellos años anteriores a la Ley de Identidad de Género: “Vivimos en un planeta que parece más una cárcel que un planeta”. También los testimonios de otras personas que la conocieron en profundidad y la frecuentaron a menudo, como el artista multifacético y leyenda del under Mosquito Sancineto, quien recuerda el contexto que las personas trans, travestis y andróginas como July debieron atravesar en una época en la que el prejuicio y la represión eran un peso pesado para la libre expresión de género, aunque a ella no parecía preocuparle demasiado “el qué dirán”, siempre con su “risa de cigarrillo” al frente y también con el gusto amargo de no haber obtenido un mayor reconocimiento en la cultura queer local de la que formó parte durante años. 

Quizás sea por eso que, sin aparecer frente a cámara (como pasa con el resto de los participantes del film) pero con su maravillosa e inconfundible voz, Mosquito elija recitar un fragmento del poema Texto para que diga mi amigo Batato de Alejandro Urdapilleta, que parece encajar como anillo al dedo en el espíritu reflexivo y etéreo de este ensayo documental sobre la memoria, la identidad y la muerte: “En mis entrañas llenas de carne, solamente hay carne y viento, y fuego y marea. Cuando anochece me distiendo entonces en el sofá-cama que tengo en el living room y me digo sinceramente llena de dudas, con los puños apretados, consciente de mí misma, como aprendí en la gimnasia protoneomolecular, me digo si será cierto que los recuerdos no valen nada”.

* Jueves 28 de agosto a las 19 en el Cine Arte Cacodelphia, Av. Pres. Roque Sáenz Peña 1150.

@P12