Hace ya 20 años, el Festival de Teatro de Rafaela (FTR) transformó a la ciudad santafecina. En realidad, la transformación se había iniciado un año antes, con la realización de la Fiesta Nacional del Teatro en el lugar. La respuesta de la comunidad había sorprendido; entonces, las autoridades locales -contagiadas del entusiasmo de un artista de allí, que devino director del encuentro por años y funcionario, Marcelo Allasino- decidieron poner en marcha una propuesta municipal que se convirtió en uno de los festivales teatrales de mayor trascendencia a nivel nacional. “Pasó a ser de la comunidad. Un derecho que tenemos todos los rafaelinos“, dice Gustavo Mondino, actual director artístico, a Página/12, en la previa del acontecimiento, que se extenderá desde el martes hasta el domingo.
Hasta la aparición del FTR, La Perla del Oeste solía distinguirse por sus productos lácteos y el Turismo Carretera. El teatro genera una revolución cada año en la ciudad, con vecinos que, según cuentan los lugareños, llegan a tomarse vacaciones en el período del año en que sucede el encuentro o hacen filas a la madrugada para la boletería. También llegan a Rafaela visitantes de otras ciudades. “En las semanas previas nos encontramos con gente que se arma un Excel con ‘plan A’ y ‘plan B’ para el momento de la boletería, por si se acaban las entradas para tal función, para que no se les superponga con otra en horario. O con la locura de las colas, o con gente que todo el tiempo nos menciona ‘ay, este artista que ahora está en Netflix lo conozco por el festival'”, se emociona Mondino, director del evento hace nueve años, actor, director y presidente del Centro Cultural La Máscara.
Organizada por la Secretaría de Educación y Cultura de la Municipalidad de Rafaela, con cogestión del Ministerio de Cultura de Santa Fe, la edición aniversario lleva por lema “No paramos de festivalear”. La programación distribuida en seis días ocurrirá no solamente en salas sino, como es habitual, en plazas, espacios al aire libre -con entrada gratuita- y otros lugares no convencionales. Por primera vez habrá teatro para la primera infancia. Los precios de las entradas son muy populares. Las propuestas escénicas que se podrán ver son de CABA y de localidades de las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Río Negro, que se sumarán a las producciones rafaelinas ganadoras del Concurso de Obras Locales y trabajos resultantes de cuatro Laboratorios de Creación Escénica, instancias que incentivan la producción local vinculando a los artistas de la ciudad con referentes de la escena nacional. Además, llegarán a la ciudad seis obras de diferentes localidades de la provincia: Rosario, Funes, Capitán Bermúdez y Santa Fe. Como ocurre desde 2011, el FTR expande su alcance en subsedes: Suardi sumará a la grilla propuestas propias.
“Por supuesto que cuando surgió el festival nos entusiasmó muchísimo la idea, pero pasada la primera edición la pregunta fue cuánto nos duraría ese entusiasmo. Porque la política atraviesa el evento y en Argentina estamos acostumbrados a que termina un gobierno y el siguiente saca todo para poner su impronta. Entonces, no podíamos prever que tendríamos 20 años de festival“, reconoce Mondino. “Que hoy estemos celebrándolo nos hace pensar en eso. Está muy bueno que se dé la continuidad más allá de quién esté al frente del gobierno. Este encuentro pasó a ser de la comunidad. Un derecho que tenemos todos los rafaelinos.”
“El festejo se fue instalando, nos hizo crecer como equipo de producción, apostar y tomar cada año nuevos desafíos, en una ciudad chica donde muchas cosas son desafíos grandes. Estamos muy contentos por todo lo que hicimos estos 20 años, que tiene que ver con el apoyo y la masividad del público que acompaña, que hacen que cada año quien tiene que tomar la decisión de dar continuidad la tome y entienda esto como política cultural pública”, añade el director. Por segundo año consecutivo sin apoyo del Instituto Nacional del Teatro, organismo atacado por el gobierno de Javier Milei -el decreto 345 lo vacía totalmente de sentido-, el FTR adquiere en este contexto el espíritu de “faro de resistencia”.
“Para nosotros esa falta de apoyo es tremenda, llamativa, triste. No hablo sólo de lo económico: hablo de todo lo que representa el instituto, todo lo que se luchó por tener la ley para que existiera este instituto. Que hoy esté desfinanciado y cuestionado hay que ponerlo en contexto, pensarlo en relación a todos los organismos que sufren esto. Estamos felices de que el gobierno local y provincial estén seguros de lo que estamos haciendo, apoyen y propicien que este festival siga en pie a pesar de las adversidades”, dice Mondino.
Como cada año, la programación abarca una amplia variedad de géneros, con espectáculos dirigidos tanto al público adulto y adolescente como a toda la familia. La programación iniciará el martes a las 18.15 con la “Fiesta FTR 20 años”, intervención urbana en la esquina de Güemes y Boulevard Santa Fe para celebrar las dos décadas con música y baile. En el Cine Belgrano tendrá lugar el acto de apertura, para luego levantar el telón y recibir el espectáculo acrobático Fulanos, algunos, nadie, ninguno, de Gerardo Hochman, por Compañía La Arena.
Algunas de las obras programadas son: Muerde, unipersonal interpretado por Luciano Cáceres y dirigido por Francisco Lumerman; Todo lo que está a mi lado, propuesta del director Fernando Rubio, interpretada por actrices locales; Seré, performance interpretada por Lautaro Delgado que pone en escena el testimonio de uno de los sobrevivientes de la Mansión Seré; Ante, producción de El Bolsón con dirección de Guillermo Cacace; Patti Smith, de Patricio Abadi; Los bienes visibles, de Juan Pablo Gómez; Cae la noche tropical, puesta del clásico de Manuel Puig interpretada por Leonor Manso (también directora) y Eugenia Guerty, Ha muerto un puto, de Gustavo Tarrío, y Las Moiras, de Tamara Tenembaun.
Para celebrar sus 20 años, el equipo del festival propuso construir, junto a la ciudadanía y de la mano de Fundación Aerocene y del Instituto para el Desarrollo Sustentable, una obra de arte contemporánea, colaborativa y sustentable: el Museo Aero Solar Rafaela. La iniciativa está inserta en un proyecto global iniciado por el artista Tomás Saraceno, que ha recorrido más de 30 países. En la ciudad tomó forma gracias a la recolección y reutilización de bolsas plásticas, transformadas colectivamente en una gran escultura aerosolar que puede habitarse y es capaz de moverse con la energía del sol. En el museo también habrá actividades. La grilla se completa con las tradicionales rondas de devoluciones, talleres y proyecciones documentales.
@P12