Pablo Moyano es el integrante del triunvirato de conducción de la CGT que, de entrada, se mostró escéptico con la estrategia de diálogo con el gobierno de Javier Milei que impuso el sector mayoritario de la mesa chica cegetista.
El desplante y la intransigencia del gobierno obligó a un cambio de rumbo que derivó en una ruptura formal del diálogo. Sin embargo, desde el 25 de julio, la conducción cegetista no volvió a reunirse ni convocó a los plenarios que había resuelto su Consejo Directivo.
Moyano cree que la pasividad es, en primer lugar, de la población y del peronismo y que hace falta reunir condiciones para ir a un nuevo paro general que, por ahora, no cree oportuno. Descarta cualquier escisión.
–¿Qué reacción tendrá la CGT a partir del veto a la movilidad jubilatoria?
–La CGT ya tuvo una posición de rechazo a cualquier tipo de veto del presidente que tanto habla de la libertad. Los diputados y senadores en forma democrática habían votado a favor de la Ley de Movilidad, que daba un pequeño aumento al jubilado. Se está convocando a una marcha para el día miércoles y seguramente muchos gremios van a participar.
–¿Y la CGT orgánicamente va a plantear algo?
–No, no he hablado todavía con los compañeros pero ya con el documento de rechazo creo que está totalmente demostrado que estamos a favor del aumento a los jubilados. Después, cada organización gremial convocará a sus trabajadores para rechazar el veto del presidente. No hemos hablado oficialmente con la CGT para ver qué medidas se van a tomar.
–¿Puede ser una oportunidad para que la CGT se reúna y defina una medida de fuerza?
–A los 15 días de asumir este gobierno, la CGT movilizó a Tribunales y logró que se judicializara el DNU 70 y se frenara la reforma laboral. A partir de ahí hubo dos paros generales, movilizaciones y un montón de acciones. Hoy, el Consejo Directivo está facultado para tomar las medidas en el momento que sea necesario. Analizaremos esto en los próximos días. La gran mayoría de los gremios quieren medidas más concretas. No digo un paro o una marcha, pero alguna medida seguramente se va a consensuar.
–Esta semana Paco Manrique habló de la “pasividad” de la CGT…
–La pasividad está en la gente en general. El termómetro fue cuando los senadores y senadoras se aumentaron a nueve palos el salario. Yo creí que la gente iba a salir con las cacerolas a protestar, pero ni una latita se escuchó. Esa amargura o desilusión que tiene la gente se ve en cada medida que toma el gobierno, pero no vi que la bronca se haya canalizado en una protesta en el Congreso.
–Sin embargo, cada vez que la CGT convocó a un paro o a una movilización hubo una respuesta masiva incluso superando las expectativas.
–Hoy las medidas se están llevando en forma sectorial. Apoyamos a los compañeros aeronáuticos, el lunes (por mañana) voy a recibir a los docentes de ATEN que están llevando adelante una gran huelga. La CGT acompaña todos los reclamos legítimos en defensa de los salarios y de los puestos de laburo. Seguramente en los próximos días se convocará la mesa chica, al Consejo Directivo o al plenario de secretarios generales donde se van debatir todas estas políticas anti obreras y anti jubilados que está llevando este gobierno. Llama la atención cómo sigue teniendo el apoyo de gran parte de la población.
–¿Por qué no se convocó al plenario de secretarios generales que resolvió el último Consejo Directivo hace más de un mes?
–Los tiempos los maneja la CGT. No me los maneja el periodismo. Cada sector está llevando adelante su reclamo de forma particular. Muchos compañeros están discutiendo sus paritarias y eso es lo que alejó la fecha de la convocatoria, pero seguramente se va a convocar en los próximos días.
–Hay dirigentes que están hablando de la necesidad de que se produzca algo parecido al MTA, es decir, que se avance en una fractura. ¿Está planteado o lo descartás de plano?
–En la CGT conviven distintos sectores que durante muchos años estuvimos separados y divididos. Hoy la prioridad es mantener la unidad que, más allá de las críticas que podamos recibir algunos dirigentes, es lo único que representa a los trabajadores y le pone un freno al avance de esta política implementada por el Fondo Monetario Internacional. Ante un PJ desunido, muerto y sin convocatoria, es hoy la CGT la que está llevando adelante ese proceso de unidad. Gracias a las medidas que se han tomado se han frenado muchos artículos que atacaban el corazón de los derechos de los trabajadores.
Lamentablemente, por la traición de muchos gobernadores del peronismo, se ha votado la ley bases donde los trabajadores vuelven a pagar ganancias, se crea un fondo de cese laboral donde se perjudican las indemnizaciones. La CGT estuvo e hizo todo lo que tuvo que hacer en el momento justo. Hoy no es el momento de romper la CGT y se va a mantener la unidad. El debate permanente existe. Como en el periodismo, como en el peronismo, como entre los empresarios. En todos lados hay debate. Sabemos que existe una grieta, pero hoy la prioridad la unidad.
–¿Por qué pensás que se atrasó la reglamentación de la reforma laboral en la Ley Bases? ¿Hay negociaciones con la CGT?
–Negociaciones particulares de cada organización gremial puede haber. Yo no he participado ni voy a reunirme con el gobierno. Hubo charlas con los bloques opositores para que no pase la Ley Bases como era originalmente y que planteaba la destrucción de los convenios colectivos de trabajo y la quita de un montón de derechos. Queda el fantasma de que la CGT negocia con el gobierno.
La CGT siempre negocia o está callada o no hace nada. ¿Pero el peronismo no está negociando la posibilidad de ampliar la Corte Suprema o la de nombrar dos jueces? Si no se reglamentó todavía la reforma laboral es porque se está hablando con los bloques opositores para seguir sacando artículos que puso el Fondo Monetario Internacional y este hdp de (Federico) Sturzenegger.
–¿Cómo ves al gobierno? ¿Fuerte, débil, avanzando o en un impasse?
–Sigue avanzando por la pasividad del peronismo y la división que hay en el Congreso. Sorprende cuando en las paradas de colectivo colegas tuyos preguntan y el laburante dice “hay que darle tiempo” o “hay que bancársela porque esto en un momento va a mejorar”. Es por la complicidad mediática que tienen del Grupo Clarín o de La Nación que hacen que parezca que la gente apoya al gobierno.
Yo, que hablo con los laburantes y estoy en las empresas, veo que hay una bronca muy creciente que ahora se agudiza con el aumento de los colectivos, los combustibles y las tarifas. Esperemos ver la reacción de la gente. En algún momento esa bronca acumulada que hoy parece que no existiese explotará y podremos llevar adelante medidas más contundentes contra este modelo económico.
–¿No es el momento para un paro general?
–Creí que esa bronca iba a estallar cuando se aumentaron a nueve palos los salarios de los senadores. Pero la gente no salió. Yo no sé si el momento es el lunes, el martes o el miércoles, pero las medidas van a comenzar porque hay un desfinanciamiento hacia la universidad pública, los aeronáuticos no logran el aumento que pretenden y en las provincias también hay conflictos. Buscaremos una fecha para que todos esos paros o marchas aisladas se concreten en una gran marcha o un paro nacional. «
@Tiempo