Argentina | Margherita Vicario: “Quería una película que tuviera un alma musical” | Directora del film “Gloria!”, actualmente en la cartelera

Argentina | Margherita Vicario: “Quería una película que tuviera un alma musical” | Directora del film “Gloria!”, actualmente en la cartelera

“Desde que era una niña tengo el deseo de dirigir una película”. La cantautora y actriz italiana Margherita Vicario, que estuvo de visita en Buenos Aires para presentar su ópera prima en la Semana de Cine Italiano, confirma así, a los 37 años, la realización de un sueño de larga data. Reconocida en su país natal por sus canciones pop de raíz indie que atraviesan dos álbumes de estudio y casi dos docenas de singles, Vicario estrenó su debut detrás de las cámaras en la competencia oficial del Festival de Berlín, meses antes de un lanzamiento comercial en los cines italianos a mediados del año pasado. “Siempre me encantó el teatro musical, además, y mi deseo era contar una historia ligada a la música, pero nuestro país no tiene realmente una tradición de hacer películas musicales”. En comunicación con Página/12 desde Roma, algunos días antes del estreno en salas de cine de Argentina de Gloria!, que ya está en cartel, Vicario destaca el hecho de que se graduó como actriz, pero de inmediato comenzó a escribir canciones, y que su ambición siempre fue “unir esos dos mundos. Hacer una película ‘normal’, pero con un alma musical”.

La historia de Gloria! transcurre hacia finales del siglo XVIII en la ciudad de Venecia, en el seno de un internado para jóvenes huérfanas cuya especialidad es, precisamente, la música. El párroco que conduce con mano firme el internado es además un compositor sumamente prestigioso, aunque la trama deja al descubierto que una porción generosa de esas creaciones no le pertenecen. De hecho, cuando se anuncia la inminente visita del Sumo Pontífice la ansiedad le gana la partida y comienza a sufrir de un intenso síndrome de página en blanco. El gran protagonista de la película, sin embargo, no es él, sino una joven huérfana llamada Teresa (la actriz Galatea Bellugi), una muchacha que simula ser muda, en parte para pasar lo más desapercibida posible. Como suele ocurrir en las fábulas, esa aparente falta de capacidad de expresión esconde un talento oculto: Teresa es dueña de un significativo don para las melodías, aunque su estilo poco y nada tiene que ver con los rigores de la composición y la ejecución de los estándares de la música religiosa al uso.

De allí al anacronismo musical hay un solo paso, un pacto con el espectador que, para la realizadora, “tiene varios orígenes. Por un lado, desde luego, quería incluir mi propia música. Parte de la película tiene que ver con los mecanismos inherentes a la creación musical, y las escenas en las cuales vemos a esta chica componiendo en el teclado de un piano tienen mucho que ver con mi propia vida. Por otro lado, la historia transcurre en un contexto histórico real, pero muy poca gente conoce cómo eran esos lugares. Por esa razón quise crear esta especie de juego e invitar al público a participar. Quién sabe, tal vez existió una mujer, que ni siquiera era lo que hoy llamaríamos una música, cuyo enorme deseo a la hora de expresarse la llevó a componer esas canciones. Tal vez esos anacronismos, la idea de una canción pop en pleno siglo XVIII, sea el corazón de la película. Y si eso es así, tiene que ver con el significado del film, que va más allá del talento o de la fama. El valor de la música como medio de expresión, aunque sea amateur, es muy importante”.

Teresa no está sola en la aventura y, cuando comienza a tocar las teclas de ese pianoforte escondido en el subsuelo del internado, otras tres jóvenes huérfanas se suman a la posibilidad de encontrar nuevas vías musicales, en un primer momento en el más absoluto de los secretos. Ese gran anacronismo, la creación del primer ¿hit pop? un par de siglos antes de su ascenso en la cultura popular, forma parte de las licencias históricas que se permite el guion de Gloria! Sin embargo, para romper reglas es necesario investigar antes. “Soy fan de la música clásica, de una manera amateur, claro. No soy una experta. Pero me encanta y puedo nombrarte diez, veinte grandes compositores varones. Pero, ¿por qué no puedo nombrarte ni siquiera a una mujer? Antes de comenzar a escribir el guion hicimos una investigación histórica, desde el siglo XVI hasta el XX. Al llegar a finales del XVIII encontramos estos lugares, los internados, que me parecieron un lugar ideal para que transcurriera la historia. Está lo coral, el hecho de que sean todas mujeres, que vivan en una institución religiosa. Hay cuestiones filológicas que están allí y que surgieron en la investigación, porque no podés lanzarte a la fantasía total si no tenés una base previa ligada a lo histórico.

-¿Existió algún detalle puntual de relevancia que haya surgido durante esa investigación y que quedó reflejado en la película?

-En cierto momento una de las chicas protagonistas, Lucia, toca un cuarteto de cuerdas, y esa composición es una de las poquísimas escritas por una mujer en aquellos tiempos y publicada con su nombre. Una huérfana, como los personajes de la película. Su nombre es Maddalena Laura Sirmen. La historia, bella y triste, detrás de esa pieza puntual es que pudo publicarla porque su maestro di capella, que pensaba que ella era muy talentosa y sería una pena que el mundo no la conociera, tuvo que buscar a un compositor fuera del orfanato para que se casara con ella. Sólo al estar casada con un compositor, el violinista Ludovico Sirmen, pudo publicar su propia música. La banda de sonido de Gloria! va de Vivaldi a mis propias composiciones modernas, pero esa escena con la pieza de Sirmen es central en la película: es la música real de una joven compositora de aquella era. Por desgracia, casi nadie la conoce, pero su obra fue publicada. ¡Y pueden escucharla en Spotify!

-Y cuántas mujeres que compusieron en el pasado pero quedaron olvidadas, por no haber publicado partituras en su momento…

-Es muy frustrante, sí. Durante la investigación encontramos varios nombres, pero fue imposible encontrar la música correspondiente. Maddalena Laura Sirmen es uno de los poquísimos casos donde eso fue posible. Pero existieron muchas mujeres compositoras, sobre todo en ambientes protegidos, como las cortes de los reyes o estos orfanatos. Las cortesanas solían ser poetas, pero también prostitutas, una figura mixta. También muchas monjas, monache, eran músicas. Una de las poquísimas oportunidades para que una mujer compusiera era bajo el manto de Dios. Al mismo tiempo, no se les permitía tocar música profesionalmente, y en ese sentido, el final de Gloria! es fabulesco. Ninguna mujer podía viajar libremente y tocar en distintos lugares.

-¿Cómo se decidieron los aspectos visuales de la película? Gloria! tiene un look muy particular en cuanto al uso de los colores y contrastes.

-Las conversaciones con el director de fotografía, Gianluca Palma, fueron muy importantes, sobre todo porque yo no había hecho antes una película, y creo que para una ópera prima ese rol es sumamente importante. Podés tener muchas imágenes en la cabeza, pero es él quien te ayuda a traducir esas ideas en algo concreto. La historia es una fábula, pero lo que yo quería era que las imágenes fueran realistas: el diseño de las escenografías, el vestuario y la fotografía tenían que ser creíbles en términos históricos. No quería algo pop. Como la parte musical del asunto era tan poco realista, el resto debía contrarrestar eso, generando un balance entre lo que el espectador ve y escucha. La respuesta de Gianluca fue que teníamos que depositar nuestra confianza en la iconografía de la época. Hay miles de pinturas y la gente conoce los cuadros barrocos más famosos. Hicimos mucha investigación visual sobre el arte povera, el arte contadina, y como quería que la película tuviera cierto dinamismo usamos mucha cámara en mano, pero para los planos más generales optamos por una cámara fija con un carácter pictórico. Todo fue cuestión de llegar a un balance. También hay referencia al arte flamenco, a Georges de La Tour, con esas grandes velas que hacen las veces de origen de la luz. En definitiva, quería que el alma de Gloria! fuera pop, pero no así su aspecto.

-Muchos realizadores opinan que la elección del reparto es lo más importante de una película. Puede estarse en desacuerdo con esa idea, pero el casting no deja de ser relevante…

-Estoy completamente de acuerdo (risas). Son los actores los que hacen la película. Nuestro productor nos permitió hacer un casting coral, ya que en la película no hay una protagonista excluyente y tiene algo de relato de grupo. Como directora primeriza eso fue muy importante, porque permitió elegir muy bien los rostros que necesitábamos. Con el director de casting atravesamos un proceso muy intenso; queríamos que los rostros fueran, de alguna manera, históricamente creíbles. Teresa, interpretada por Galatea Bellugi, parece salida de un cuadro de Vermeer. También el sacerdote, que es un poco el villano de la historia, y que tiene un rostro particular, como un villano de Disney. Otro detalle interesante, aunque posiblemente se les escape a los espectadores argentinos, es que varios personajes secundarios están interpretados por músicos muy populares en Italia. Elio, por ejemplo, que encarna al ayudante, es muy, pero muy conocido aquí como cantante. Lo mismo el personaje de Bettina: Veronica Lucchesi forma parte de un dúo muy famoso. Es un juego con la audiencia italiana: una estrella pop sin maquillaje en una historia de época.

@P12