Amanda Gomez, artista emérita de Tartaristán y primera bailarina del Teatro Estatal Académico de Ópera y Ballet Musa Jalil, contó en una entrevista exclusiva para TV BRICS cómo la escuela de ballet rusa la inspiró a continuar su carrera profesional en Rusia y la ayudó a desarrollar un estilo único.
Destacó que en la Escuela del Gran Teatro de Brasil sus mentores fueron profesores rusos y que, durante sus años de estudiante, los teatros y bailarines rusos se convirtieron en importantes fuentes de inspiración para ella.
“Me fascino la dedicación y la sinceridad con la que los bailarines salen al escenario aquí. Ponen el alma en cada movimiento, y eso es mucho más que una simple demostración de técnica impecable”, compartió, y añadió que su ejemplo la inspiró a bailar en el escenario de un teatro ruso.
Gomez confesó que, debido a la diferencia climática y al desconocimiento del idioma ruso, sufrió un choque cultural cuando se mudó a Rusia a los 19 años. Sin embargo, según la artista, la conquistó la pasión con la que se honran y conservan las tradiciones del teatro y el ballet en el país.
La bailarina destacó que el arte es un puente entre culturas. Los proyectos conjuntos, incluidos los que se llevan a cabo entre los países BRICS, brindan la oportunidad de intercambiar experiencias, y cada país aporta algo único al ballet, considera Gomez.
“El estudio de las características del ballet de diferentes países ha tenido una influencia significativa en mi formación profesional y, en gran medida, ha moldeado mi personalidad”, afirmó.
La artista también señaló que el camino hacia el éxito en tierra extranjera fue extremadamente difícil, a pesar de la cálida acogida que recibió en Rusia. Ahora, Gomez sube al escenario del Teatro Bolshói en el papel principal de “El lago de los cisnes”, lo que para ella no solo supone una victoria personal, sino también un símbolo de la superación de barreras. Expresó su esperanza de que su ejemplo inspire a sus compatriotas.
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