¿Cómo la colaboración entre humanos y robots está impulsando el desarrollo de alta calidad de China?

¿Cómo la colaboración entre humanos y robots está impulsando el desarrollo de alta calidad de China?

Con dos toques en la pantalla, comienza a sonar una suave música y un brazo robótico empieza a dar un masaje a un cliente humano. No se trata de una máquina cualquiera. Desarrollada por la empresa china AUBO (Beijing) Robotics Technology Co., Ltd., es un robot colaborativo, o cobot, capaz de detectar, adaptarse y responder a su entorno. Representa una nueva frontera en la automatización: la inteligencia incorporada, máquinas que no solo piensan, sino que también sienten.

“Bienvenidos a la nueva cara de la fabricación china: no el hombre contra la máquina, sino el hombre con la máquina”, afirma Tian Hua, director sénior del departamento de marketing de AUBO.

Los cobots, que antes se limitaban a las fábricas, ahora se están extendiendo al sector sanitario y hotelero. A medida que China avanza hacia un crecimiento de alta calidad impulsado por la innovación, empresas como AUBO están posicionando a los cobots no como sustitutos del trabajo humano, sino como socios, lo que abre nuevas posibilidades para las pequeñas empresas, los trabajadores cualificados y la vida cotidiana.

Durante décadas, la automatización se equiparó con la pérdida de puestos de trabajo. Pero el auge de los cobots sugiere una nueva narrativa: la colaboración por encima de la competencia.

Para muchas pequeñas y medianas empresas (pymes) de China, la presión es cada vez mayor. A medida que aumenta la escasez de mano de obra, especialmente con la generación Z alejándose de los trabajos repetitivos en fábricas, la automatización ha pasado de ser un lujo a convertirse en un salvavidas.

Pero no se trata solo de eficiencia. Los cobots de AUBO están ayudando a las pymes —la columna vertebral de la economía china, responsables de más del 60 % del PIB y del 80 % del empleo urbano— a competir en la escena mundial, desde los talleres textiles de la provincia de Zhejiang, en el este de China, hasta las fábricas de electrónica de la provincia de Guangdong, en el sur del país.

Para salvar la brecha de habilidades, AUBO ha puesto en marcha más de 1000 programas de formación en escuelas técnicas chinas. Miles de trabajadores, muchos de ellos sin experiencia previa en programación o automatización, se han convertido en operadores cualificados de cobots, manejando máquinas con un simple toque y encontrando un nuevo propósito en una economía en evolución.

Los cobots de AUBO, ligeros, seguros para las personas y fáciles de manejar, están transformando la mano de obra de China. Al liberar a los trabajadores de tareas repetitivas, de alta intensidad y peligrosas, como la soldadura o el levantamiento de cargas pesadas, AUBO está formando una mano de obra más adaptable, resistente y preparada para el futuro.

A diferencia de muchas empresas chinas con vínculos extranjeros, AUBO es totalmente nacional, con un 100 % de I+D y fabricación locales. El fundador, Wei Hongxing, que en su día fue investigador aeroespacial, creó la empresa en un modesto laboratorio de 10 personas en el marco del “Programa 863” de China para la tecnología punta. Ahora, con más de 270 patentes, AUBO invierte casi 100 millones de yuanes (13,8 millones de dólares estadounidenses) al año en investigación, lo que supone aproximadamente una sexta parte de sus ingresos. 

El compromiso inquebrantable de AUBO Robotics con la independencia total, desde los chips hasta los algoritmos, la ha posicionado como una formidable rival de gigantes mundiales de la robótica como ABB, KUKA y Universal Robots. Este año, AUBO ha alcanzado una tasa de producción nacional del 95 %, un hito en la búsqueda de la autosuficiencia tecnológica de China.

Con más de 2000 socios en 50 países, la empresa exporta a Norteamérica, Europa, el Sudeste Asiático, Sudamérica y mercados avanzados como Japón, donde la adopción de la robótica se encuentra entre las más altas del mundo. Sus productos, certificados por las normas CE y NRTL, obtienen mayores márgenes de beneficio en el extranjero.

Los mercados extranjeros están experimentando una demanda creciente. Para 2030, se prevé que el mercado mundial de cobots alcance los 11.600 millones de dólares, y las empresas chinas, lideradas por AUBO, apuntan a una cuota del 30 %, según el informe de Grand View Research.

De cara al futuro, AUBO está invirtiendo en cobots conectados a la nube, controles adaptativos basados en inteligencia artificial y robótica quirúrgica remota. A medida que las máquinas se vuelven más inteligentes, el alcance de la colaboración humana se amplía.

Ya sea en una fábrica o en una cafetería, la visión de AUBO perdura: los seres humanos ya no trabajan como máquinas, porque ahora las máquinas trabajan junto a ellos.

/CGTN