Reserva biológica de la Universidad de Costa Rica
Iniciativa de Acción Social de la UCR tiene objetivos de conservación y de integración comunal
Mejorar la conectividad de la biodiversidad entre la Reserva Ecológica Manuel Koss de la Universidad de Costa Rica (UCR) y el Parque Nacional del Agua Juan Castro Blanco, es el objetivo principal del proyecto de acción social que busca la unificación de ambas áreas de protección boscosa por medio de serie de corredores biológicos de los terrenos circundantes de la comunidad que rodea ambas reservas.
Este proyecto que busca tanto la conservación del medio ambiente como la integración con la comunidad, se plantea la consolidación de brigadas comunales de monitoreo biológico y de restauración del paisaje para instaurar microcorredores biológicos. Así lo comentó Gilberto Alvarado, coordinador del proyecto ED-3657 “Conservación en paisajes productivos: vinculando la biodiversidad y las comunidades entre la Reserva Ecológica Manuel Koss (UCR) y el Parque Nacional del Agua Juan Castro Blanco”.
Tanto el parque como la reserva se encuentran en las cercanías de Sarchí, Zarcero, Grecia y San Carlos. Además, el parque tiene una alta biodiversidad. Sin embargo, la pérdida y fragmentación de los hábitats naturales en la zona de amortiguamiento del parque conlleva a la conversión de los bosques a otro tipo de uso del suelo, generando aislamiento entre remanentes de bosque, y la consecuente degradación de los ecosistemas y disminución de la biodiversidad.
Es por eso que ante esta problemática surge el proyecto, que también enfrenta el desafío de la falta de identificación de la comunidad con el parque nacional cercano.
Como iniciativas de este proyecto, se realizan actividades educativas con niños, se forman brigadas para monitoreo y restauración con la participación activa de la comunidad y se desarrollan invernaderos para reproducir árboles que formarán los corredores ecológicos. Además, se han identificado líderes comunitarios, para que el proyecto sea sostenible a largo plazo.
Bosque Vecino
Una parte importante del proyecto es la creación de una identidad para la reserva, denominada “Bosque Vecino”, y la colocación de rótulos en las propiedades participantes. También se realiza un conteo de aves y se organizan eventos comunitarios para promover la participación y el sentido de pertenencia.
“En esta comunidad usted llegaba y le preguntaba a los niños, por ejemplo, ¿cuáles eran sus animales preferidos? Y los niños te empiezan a decir elefantes, jirafas, rinocerontes, todos los bichos de la selva africana o la sabana africana. Y uno se sorprende de eso, teniendo un parque nacional aquí a dos kilómetros y medio y no se les ocurre decir, por ejemplo, un mapache, un coyote” declaró Fabio Arias administrador del parque.
Es por eso que se implementaron actividades con niños, para aumentar su conocimiento y aprecio por la biodiversidad local; y actividades de investigación en donde se identifican especies locales y un levantamiento de biodiversidad.
Por otro lado para Alvarado, el proyecto ha tenido un impacto positivo en la comunidad, la cual ha comenzado a reconocer la importancia de la conservación. La presencia de la universidad en la zona ha generado una respuesta favorable, y se están realizando actividades en colaboración con diversas organizaciones, incluyendo el Instituto Meteorológico y la Cruz Roja.
Historia de la Reserva y el Parque Nacional
La Estación Biológica Manuel Koss Rubinstein es el resultado de la donación de los terrenos a la UCR en 2019 por la joven Iona Koss Stupp, como una forma de preservar el legado de su padre, Manuel Koss Rubistein, profesor por casi 30 años de la Escuela de Química y uno de los fundadores de la Escuela de Tecnología de Alimentos.
La Escuela de Biología y la Red de Áreas Protegidas, asumen la administración de la propiedad, que se convierte en una reserva ecológica. Luego de la pandemia por COVID-19 se decide ampliar el área y conectar la reserva con el Parque Nacional del Agua Juan Castro Blanco, mediante la creación de micro corredores entre parches boscosos.
La reserva tiene un área de 62 899,65 metros cuadrados, más de 100 especies de aves, más de 40 especies de anfibios y reptiles y una cantidad importante de mamíferos. Como parte de la fauna se han observado manigordos, dantas, pizotes, zorros pelones y garzas.
Mientras tanto el Parque Nacional del Agua Juan Castro Blanco, se fundó en 1992 como parte de una lucha de la comunidad para proteger las fuentes de agua y la biodiversidad de la región del avance de la minería de azufre en la zona, así lo declaró Fabio Arias, administrador del parque. Tiene una extensión de 14 258 hectáreas y un 93% de cobertura de bosque primario.
Arias destacó la importancia del parque en la protección del recurso hídrico para la región norte de Costa Rica y los esfuerzos en investigación y conservación, incluyendo la reaparición de la rana vibicaria en 2011.
Este parque ofrece la apertura al público por Bajos del Toro, así como la posibilidad de establecer una estación en Venecia para ampliar el alcance de la investigación y conservación y gestión de proyectos.
El administrador enfatizó la necesidad de involucrar a las comunidades en la conservación y gestión, la importancia de encontrar objetivos comunes en la gestión de áreas protegidas y la necesidad de cambiar el enfoque estático de la conservación a una visión más integral.
El parque tiene 3 estaciones de acuerdo a la altura: Estación Quetzal, Estación Volcán Viejo y Manuel de Koss que según Arias es vista como una estación más del parque pero administrada por la UCR.
Alados y nocturnos
Alexa Morales, bióloga de la UCR, forma parte de la Red de Áreas Protegidas y de la Unidad Especial de Investigación en Áreas Protegidas, tiene una participación importante en el proyecto, donde colaboró en la elaboración del plan de manejo de la reserva. Asimismo, Morales destaca que el trabajo con las comunidades es de vital importancia.
“Es fundamental que las áreas protegidas de la U no se vean solamente desde un enfoque biológico. La conservación no es solo Biología; también incluye lo social, lo artístico, y lo recreativo. Trabajar de forma interdisciplinaria y con la comunidad es esencial para entender y progresar en la conservación(…) una de las cosas que yo tenía muy claro es que si no trabajaba con la gente no iba a funcionar. Cualquier cosa, cualquier especie que esté en peligro de extinción, ¿generalmente, el problema quiénes somos? Los seres humanos”, finalizó Morales.
Morales resalta el “Taller de murciélagos” como una actividad importante, realizada en colaboración con la Fundación para la Conservación de Murciélagos en Costa Rica, el cual se enfocó en la importancia de los murciélagos en los ecosistemas y en la necesidad de su conservación. A pesar de las dudas iniciales sobre la participación, el taller recibió una excelente respuesta de la comunidad, con una alta asistencia de alrededor de 350 personas. Los participantes aprendieron sobre el rol ecológico de los murciélagos y participaron en actividades prácticas relacionadas con su conservación. El éxito de este taller también contribuyó a aumentar el interés y la participación en el proyecto de reserva ecológica y en otras actividades relacionadas.
Otras actividades que se llevan a cabo como parte del proyecto son: desarrollo de corredores biológicos, instalación de invernaderos y formación de las brigadas de monitoreo biológico y restauración ecológica.
Pese a los avances que ha tenido el proyecto y la aceptación en la comunidad, tanto Alvarado como Morales coinciden en que enfrenta retos importantes como la sostenibilidad a largo plazo mediante la formación de líderes locales y el fortalecimiento de la identidad dentro de la comunidad, así como la coordinación administrativa y la expansión de la red de invernaderos, para incluir diferentes pisos altitudinales.
UCR/