En las montañas de Santiago de Cuba –la provincia con el relieve más accidentado del país– viven unas 218 000 personas. La cifra, aunque se corresponde con la dinámica demográfica imperante desde hace décadas, impone, por sí sola, la ejecución de políticas consecuentes y duraderas para que la ruralidad no continúe en el franco descenso que, desde lo multicausal y multidimensional, la afecta.
En ese sentido, se creó el programa del Plan Turquino que, desde finales de los 80 de la pasada centuria, promueve el desarrollo integral y sostenible de esos parajes a los que se llega, o bien por la vía aérea, o por los caminos de montaña. Esos que conducen hasta comunidades y caseríos que, en el caso de este suroriental territorio, conectan a sus nueve municipios, de los que Guamá, Segundo y Tercer Frentes, son totalmente serranos.
De acuerdo con datos a los que Granma tuvo acceso, cerca de la mitad (3 009,63 kilómetros) de la red vial de la provincia se asienta en las serranías, y solamente 531 están en buen estado. Ello implica que son numerosas las dificultades para la transportación de pasajeros, mercancías y enfermos hacia la mayoría de los cientos de comunidades que aquí existen, algunas, con un decrecimiento poblacional significativo y otras, al borde de desaparecer.
Una estrategia fomentada por las máximas autoridades de Santiago de Cuba, y ejecutada por los gobiernos locales y varias de entidades, rehabilita cientos de kilómetros, no pocos con asfalto, tal y como sucede en la zona de la Gran Piedra, en el municipio cabecera.
SE HACE CAMINO AL ANDAR
En plena Sierra Maestra, Glenis Rivera Veranes lidera a 19 operarios de mantenimiento vial rural. «Cada uno atiende dos kilómetros a lo largo del camino, y chapea y limpia dos metros a cada lado de los contenes. Es un trabajo difícil, escasean las limas, azadones, picos y palas; la gente nos ayuda, pero el trabajo es de sol a sol, más cuando la lluvia de las tardes nos desbarata todo lo realizado», dijo.
La joven, que trabaja en el municipio de Guamá, es parte de los 304 operarios que tiene actualmente la Empresa Constructora de Obras Especiales y Mantenimiento Vial de Santiago de Cuba. «Es una tropa que ha disminuido en los últimos años, porque necesitamos 492 trabajadores y las plazas disponibles hablan por sí solas».
El tema salario incide, puesto que ronda los 2 500 pesos, y también el presupuesto. En municipios como el de San Luis, prácticamente no tienen camineros –que es como la población les llama–, argumentó Patricia Estrada Rey, directora de Ingeniería de la empresa encargada de sostener 592,20 kilómetros de vías rurales.
La otra cara de la moneda está en Tercer Frente, donde 106 operarios mantienen la vitalidad de 90,90 kilómetros de caminos que discurren entre los picos de la Sierra. «Somos muy unidos, así lo demostramos en la rehabilitación del terraplén que va hasta San Lorenzo, que ya permite el tránsito de todo tipo de medios de transporte y beneficia a miles de habitantes; lo mismo en los de Las Bocas-Cambula y La Tabla-Los Lazos, este último colindante con la provincia de Granma», refirió Isnalvi Salazar Galán, directora de la unidad empresarial de base de Mantenimiento Vial del municipio.
La brigada que dirige Erisel López Mora, en La Tabla, asume esta tarea cotidiana como parte de su existencia: «Sin nuestro trabajo, la canasta familiar normada no llegaría hasta las bodegas y los enfermos no pudieran ser trasladados hasta Cruce de los Baños», precisó.
En Guamá, «se hace lo que se puede, la situación es desfavorable en El Oro y La Cuevita, pero allí los delegados de las circunscripciones convocan a los electores para que apoyen el trabajo de los camineros; incluso, el presidente del consejo popular de Chivirico, Manuel Gutiérrez Suárez, moviliza a decenas de hombres y mujeres para colaborar en las zonas donde no hace falta el uso de la técnica mecanizada», aseveró Yurdis Batista Espinosa, presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular.
«Los camineros y los operarios de los grupos electrógenos bien pueden ser las personas más populares de las montañas, tras los delegados, maestros y bodegueros; sin ellos sería más difícil de lo que es acceder a estos lugares, porque hay caminos muy peligrosos, desde los que una palma real en un valle, parece una hormiguita», comentó Orlando Orive Silva, al frente de una brigada que atiende y distribuye el combustible para 81 grupos electrógenos emplazados en comunidades intrincadas.
El trabajo de los llamados camineros implica consideración. En junio del pasado año, cuando se incomunicaron muchas zonas, ellos se personaron inmediatamente para posibilitar el acceso, significó Ilbes Vicet, de la localidad de La Alcarraza, en Guamá.
MUCHOS CAMINOS, PROYECTOS Y REALIZACIONES
Aunque el deterioro es notable, en Santiago de Cuba se implementan proyectos que han beneficiado a zonas en cada uno de los municipios. «Todo ello parte de que, para ese tipo de vial, cada Consejo de la Administración Municipal tiene que destinar presupuestos de mantenimiento y conservación, lo que no limita el apoyo por parte de organismos superiores», añadió el ingeniero Antonio Guerra Losano, director del Centro Provincial de Vialidad.
«Resulta que el 78 % de nuestros viales rurales se encuentra entre los estados de regular y mal, pero estamos rehabilitando el de la Gran Piedra, con 14,5 kilómetros de largo, al que se le está aplicando asfalto; lo mismo en los 39 kilómetros de la carretera hacia Baconao y las de acceso a Segundo y Tercer Frentes», detalló Guerra Losano.
En el municipio de Contramaestre se rehabilitaron caminos en el consejo popular de Baire, en el que un puente fue totalmente remozado, y en seis de los 19 kilómetros del vial hacia Laguna Blanca, «donde precisamente se trabaja con financiamiento procedente del Fondo de Desarrollo del Transporte, que avanza conforme a lo planificado», refirió.
En varios tramos de la Carretera Central –que sirve de punto de partida o intersección con esos caminos–, se ha trabajado en el bacheo, y actualmente se hace en El Cobre, que contará con otro vial de acceso. Igualmente, se conserva la carretera Santiago-Granma, que recorre una gran parte de la costa sur oriental, desde la cual se asciende a las comunidades montañosas.
También se decidió mejorar las condiciones del terraplén entre La Prueba (Songo-La Maya) y La Caoba (San Luis), y se realizan acciones en el de Matahambre-Bolaños, en la demarcación songomayense.
En las zonas cafetaleras se labora, con una alta participación de las empresas agroforestales, y de los pobladores. «Pero resulta imprescindible continuar avanzando, independientemente de la compleja situación que presentan y de las dificultades con los recursos materiales y financieros», afirmó a este diario Gilberto Romero Saunder, coordinador de programas y objetivos del Gobierno Provincial del Poder Popular.
La seguridad vial es otro aspecto importante: los vehículos de tracción animal, los automotores –muchos de gran porte y de uso agrícola–, y no pocos peatones los utilizan. Dadas sus características geográficas, el riesgo de accidentes no es pequeño, y en eso inciden las condiciones del vial y la conducta de los usuarios.
El Coordinador señaló, que «las acciones de mejoramiento repercutirán también en comunidades de Palma Soriano, San Luis, Contramaestre y Tercer Frente, municipios en los que se buscan alternativas para producir asfalto frío y otros materiales, para viabilizar los trabajos ante las dificultades con los combustibles».
Santiago de Cuba se alista para el aniversario 510 de la otrora villa –que se celebrará en julio de 2025–, y tiene también como motivación el aniversario 72 de la Gesta del Moncada. El amplio programa constructivo y revitalizador prevé llegar a cada sitio de la provincia, y las montañas en las que se hizo la Revolución no se quedarán rezagadas, pero hay que continuar haciendo camino.
Granma