Una tumba de más de cuatro mil años de antigüedad ha revelado secretos de las prácticas funerarias y la vida cotidiana en el noreste de Irán. El hallazgo se produjo en el cementerio de Tepe Chalou, en la provincia de Jorasán Septentrional. Así lo informó
Eurasia today, socio de TV BRICS.
En total, el yacimiento cuenta con 38 sepulturas, pero la más destacada es la llamada tumba de la “joven dama”, perteneciente a una adolescente de menos de 18 años. Allí se encontraron 34 objetos de oro, bronce, cobre, marfil y piedras semipreciosas como lapislázuli, serpentina y clorita.
Los investigadores consideran este entierro el más rico del asentamiento, pese a tratarse de una pequeña comunidad periférica de la civilización del Gran Jorasán.
Entre las piezas más sorprendentes figura un recipiente de clorita destinado al maquillaje de ojos con antimonio, acompañado de su aplicador de bronce. Decorado con serpientes y escorpiones estilizados, el objeto guarda una notable similitud con otro hallado en Bactria, lo que sugiere que ambos podrían haber sido elaborados en el mismo taller hace unos 4.000 años.
Los arqueólogos destacan que la abundancia de objetos en los entierros femeninos de Chalou plantea interrogantes sobre el estatus social de las difuntas. Más allá de simbolizar prestigio personal, los ajuares podrían reflejar la riqueza y posición de sus familias.
La tumba 12, aunque no alcanza la opulencia de los sepulcros principescos de Gonur Depe, se considera una de las más valiosas de la región. El análisis de restos óseos en sepulturas cercanas permitió fechar el hallazgo entre finales del tercer y principios del segundo milenio a. C., confirmando su relevancia para comprender la Edad del Bronce en Asia Central.
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