La Gran Ruta del Té se considera un hilo cultural de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, sin la cual su realización no estará completa. La Gran Ruta del Té ha servido de puente económico y cultural entre China, Rusia y Europa durante varios siglos y todavía hoy puede desempeñar un papel especial para unir a los pueblos.
La Gran Ruta del Té ha servido de puente económico y cultural entre China, Rusia y Europa durante varios siglos y todavía hoy puede desempeñar un papel especial para unir a los pueblos, según Sergey Kalashnikov, presidente del presidium de la Asociación Rusa para la Cooperación Internacional ( RAIC), vicepresidente del Acuerdo Transpacífico “Gran Ruta de la Seda”, en una entrevista con la Agencia de noticias Xinhua, socio de TV BRICS.
“El proyecto mismo de promover el té de China a Occidente tenía muchos factores importantes. En primer lugar, era la construcción de un cierto corredor económico-político de acercamiento entre Occidente y Oriente. Y lo más importante, la Gran Ruta del Té proporcionó un suave promoción de la cultura china. En otras palabras, estaba construyendo un puente muy importante entre Oriente y Occidente. Y el portador de ese puente era el té“, afirmó.
La Gran Ruta del Té, con una longitud total de más de 13.000 kilómetros, iba desde el distrito de Wuyi Shanmai en la provincia china de Fujian hasta San Petersburgo en Rusia y más allá hacia Occidente. Existió desde el siglo XVII hasta principios del siglo XX. Como señaló Kalashnikov, la Gran Ruta del Té, creada como una ruta especial de la Gran Ruta de la Seda, fue y sigue siendo un “poder blando” y “une a las personas”, enfatizó el portavoz de la agencia.
Además, el té chino ha tenido un impacto colosal en la vida cotidiana y la cultura del pueblo ruso. Con el tiempo, el té se convirtió en un producto único que, por un lado, satisfacía las necesidades domésticas de una bebida universal. Y, por otro lado, el té era ciertamente más asequible en Rusia que en Europa. Así quedó firmemente establecido en la cultura rusa. De hecho, se puede decir que el té se ha convertido definitivamente en la bebida nacional de Rusia.
La iniciativa para reactivar la Gran Ruta del Té, según el presidente de la RAIC, tiene hoy una importancia especial. “Sobre la base de los procesos tradicionales establecidos, se crean nuevas soluciones para los problemas no sólo de hoy, sino también de mañana. Considero que la Gran Ruta del Té es un hilo cultural de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, sin el cual su realización no será completa“, señaló Kalashnikov.
Recordó que en 2014, el Consorcio Internacional de la Gran Ruta del Té, que reúne a representantes de China, Rusia y Mongolia, presentó una iniciativa para incluir la Gran Ruta del Té en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Kalashnikov dijo que en los últimos años se ha realizado mucho trabajo, que no se ha interrumpido ni siquiera durante la pandemia. Confía en que una mayor promoción del proyecto de reconstrucción de la Gran Ruta del Té no sólo fortalecerá los vínculos culturales, sino que también incorporará elementos modernos de la economía, incluido el desarrollo del turismo y el sector de servicios.
/ Imagen principal: © TV BRICS / Agencia de Noticias Xinhua