En el estado indio de Punyab, tras intensas lluvias, se produjo una inundación. Según informó la agencia
ANI, socio de TV BRICS, al menos 37 personas perdieron la vida.
De acuerdo con el gobierno de Punyab, la inundación afectó a unas 1.655 aldeas. El distrito más golpeado fue Gurdaspur, donde quedaron anegadas 324 localidades. Entre las áreas más afectadas también figuran Firozpur, Amritsar, Hoshiarpur, Kapurthala y Sangrur. En total, resultaron dañadas 175.200 hectáreas de tierras agrícolas.
Más de 19.000 personas han sido evacuadas. Actualmente funcionan 167 campamentos de alojamiento temporal, de los cuales unos 29 se encuentran en la parte sur-central del estado, en la ciudad de Barnala.
En todo Punyab se han organizado operaciones de rescate. La policía estatal ha utilizado drones para entregar ayuda a las aldeas inundadas.
En la declaración de julio en Río de Janeiro, los líderes de los BRICS subrayaron que la infraestructura “cada vez sufre con mayor frecuencia graves daños por fenómenos meteorológicos extremos y desastres naturales, lo que provoca disrupciones económicas y repercute negativamente en la vida de las personas”.
“Colaboraremos con el fin de mejorar los sistemas nacionales de reducción del riesgo de desastres y reforzar la capacidad para disminuir los daños”, señala el documento.
Previamente, el
tifón Kajiki, que azotó Vietnam, China y Laos, causó inundaciones, deslizamientos de tierra y fuertes vientos. En Vietnam, las autoridades reforzaron el control y patrullaje de los diques, equiparon con antelación a los servicios de emergencia, prepararon planes de evacuación, y el primer ministro, Pham Minh Chinh, ordenó el traslado inmediato de la población de las zonas de riesgo. En China se declaró el nivel de alerta amarillo. En Laos, las autoridades advirtieron sobre el riesgo de inundaciones repentinas y deslizamientos, y abrieron refugios temporales de evacuación.
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