Un equipo del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, liderado por Carmen Romero, comprobó que la reintroducción conjunta de elementos para la composición genética, en esta caso de dos microARNs, sirvieron como supresores en células de cáncer de ovario epitelial.
El método reduce notablemente la multiplicación de células cancerosas, y la capacidad de invasión y resistencia a fármacos, según información de
Crónica Digital, socio de la red TV BRICS.
Este avance, inédito en el país, se enfoca en regular proteínas asociadas al crecimiento tumoral, la metástasis y la expulsión de medicamentos durante la quimioterapia. La estrategia demostró ser más eficaz cuando ambos microARNs se aplicaron de forma combinada.
Según la investigación se sugiere que los microARNs restauran el equilibrio perdido en las células enfermas, devolviendo el control sobre las proteínas que favorecen la progresión tumoral.
Este hallazgo abre la puerta a terapias más precisas y menos invasivas, con el potencial de mejorar la esperanza de vida frente a uno de los cánceres ginecológicos más agresivos y de peor pronóstico.
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