Tel Aviv, 9 sep (Sputnik).- El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, ordenó este martes a las autoridades imponer “sanciones civiles” a los familiares de los dos atacantes que cometieron el mortal atentado del lunes en Jerusalén, así como a los residentes de sus ciudades natales en Cisjordania.
Katz afirmó que se revocarán 750 permisos de trabajo y entrada a Israel de los habitantes de los pueblos Qatanna y Qubeiba, en la zona de Ramala, de donde provenían los dos atacantes que el día anterior mataron a seis personas a tiros en un autobús y en sus inmediaciones en un concurrido cruce en Jerusalén.
Los familiares directos de los dos palestinos, que llevaron a cabo el ataque y murieron en el lugar del atentado cuando un soldado y un civil les dispararon, tienen prohibido trabajar en Israel en términos generales, como todos los palestinos de Cisjordania desde el comienzo de la guerra actual hace dos años, pero es más infrecuente que las autoridades israelíes revoquen los permisos de trabajo de los familiares de los acusados de terrorismo.
Las autoridades israelíes han afirmado que la política tiene como objetivo disuadir a los palestinos de planear atentados terroristas, ya que hacerlo perjudicaría el sustento de su familia. Los críticos la han calificado de castigo colectivo.
Los dos hombres armados que llevaron a cabo el ataque en el cruce de Ramot en Jerusalén el día antes eran Mohammad Taha, de 21 años y originario de Qatanna, y Muthanna Amro, de 20 años y originario de Qubeiba.
Los soldados israelíes rodearon las aldeas y otros lugares cercanos a Ramala tras el ataque y se cerraron los cruces y pasos con Israel. (Sputnik)
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