“Intentar utilizar una cuestión política para gravarnos económicamente es inaceptable”, afirma Lula, recordando el papel de EEUU en Brasil: “ya dieron un golpe de Estado aquí”.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva (PT) volvió a alzar la voz este domingo 3/8 contra el intento de interferencia externa en la economía brasileña promovido por el clan Bolsonaro junto con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Durante un discurso en el evento nacional del PT, Lula condenó lo que llamó una “subida política de aranceles” contra Brasil y afirmó que el país ya no depende como antes de la potencia norteamericana para crecer y posicionarse a nivel mundial.
“Intentar usar un tema político para gravarnos económicamente es inaceptable”, declaró Lula, criticando directamente la coalición entre los sectores pro-Bolsonaro y Trump. “Creo que el presidente de la República puede imponer los impuestos que quiera. Pero Trump se ha excedido. Quiere acabar con el multilateralismo. Quiere volver a las negociaciones país por país”, dijo Lula.
Lula acusó a Eduardo Bolsonaro (PL-SP) de actuar en contra de los intereses nacionales al renunciar a su escaño parlamentario para, según él, “lamerle las botas” al presidente estadounidense a cambio de una amnistía para Jair Bolsonaro (PL). “Miren, hay un tipo que hizo campaña abrazando la bandera nacional y ahora va a Estados Unidos a abrazar la bandera estadounidense y pedirle a Trump que imponga impuestos a los productos brasileños para concederle una amnistía a su padre. Es el epítome de la política”, dijo. “Están traicionando al pueblo brasileño”.
Al abordar el papel actual de Brasil en la geopolítica global, Lula enfatizó que el país ha diversificado sus relaciones comerciales y ya no depende tanto de Washington como antes. “Brasil hoy no depende tanto de Estados Unidos como antes. Brasil ahora tiene relaciones comerciales muy amplias con todo el mundo. Estamos mucho más tranquilos desde el punto de vista económico”, declaró.
A pesar de las críticas, el presidente reiteró la importancia de la diplomacia y se mostró abierto al diálogo con Estados Unidos, siempre que fuera en igualdad de condiciones. «Obviamente, no dejaré de comprender la importancia de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos. No olvidaré que también dieron un golpe de Estado aquí. Ayudaron a dar un golpe de Estado. Pero lo que quiero saber es qué sucederá a partir de ahora».
Lula abogó por una política internacional soberana y el fortalecimiento del multilateralismo. «No renunciaré a mi convicción de que debemos buscar una moneda alternativa para poder comerciar con otros países. No necesito estar subordinado al dólar», afirmó, recordando que ya se habían emprendido iniciativas similares en 2004 con Argentina.
El presidente también se distinguió del radicalismo de Bolsonaro, afirmando que Brasil no quiere confrontación. “Seguiré siendo el mismo: no estoy dispuesto a pelear, ni con Uruguay, ni con Paraguay, ni con Venezuela, ni con Bolivia, ni con Nicaragua, ni con nadie. Este país es un país de paz”, enfatizó. “Ahora bien, no crean que tenemos miedo. No lo crean”.
Finalmente, Lula criticó el uso de los símbolos nacionales por parte de sectores de la extrema derecha y abogó por su recuperación por parte del pueblo brasileño. “Recuperemos la bandera nacional para el pueblo brasileño. Reclamemos la camiseta de la selección brasileña para el pueblo brasileño. Es inaceptable que fascistas y nazis desfilen con los colores nacionales, mintiendo y traicionando al país”.
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