Más allá de los libros: Peculiares aficiones de los clásicos rusos

Más allá de los libros: Peculiares aficiones de los clásicos rusos

Los literatos rusos, como casi todos los artistas de sus épocas, no se contentaban con la escritura, sino que expresaban sus pasiones de manera diversa y con la intensidad que sus personalidades tenían.

Imagen principal: La Batalla del Río de 11 Julio de 1840 por Mikhail Yuryevich Lermontov

Mijaíl Lérmontov y la pintura

Mijaíl Lérmontov — quien se considera una de las figuras más importantes de la poesía rusa — demostró ser, además, un talentoso pintor que celebraba la belleza del Cáucaso no solo con su pluma, sino también con la brocha. Un familiar suyo, Akim Shan-Guiréi, al acordarse de la infancia del poeta, escribió en sus memorias que Mijáil se había apasionado por el arte durante su niñez: “…tenía la suerte de estar dotado de habilidades para las artes; ya por entonces hacía acuarelas bastante buenas y modelaba cuadros enteros con cera pintada…”

A Lérmontov se le podría llamar un artista polifacético. Pintó paisajes, retratos, escenas bélicas y cotidianas, ilustraciones para sus propias obras literarias y hasta caricaturas. Sus mejores cuadros se asocian con el Cáucaso y comparten características propias del romanticismo. La mayoría de ellos fueron creados durante y después de su primer exilio (1837) a esta región montañosa por su poema La muerte del poeta, escrito tras el trágico fallecimiento de Aleksander Pushkin en un duelo, hecho del que Lérmontov acusaba a la alta sociedad rusa. Hasta la fecha, de todas sus obras se conocen 13 pinturas al óleo sobre lienzo, cartón o madera, decenas de acuarelas y más de 300 dibujos y bocetos.

Nikolái Gógol y la costura

Nikolái Gógol — dramaturgo, novelista, escritor de cuentos cortos y autor de la obra maestra Las almas muertas — fue un verdadero enigma entre los grandes clásicos rusos. Los lectores rusos que tienen el placer de descubrir su obra por primera vez a una edad tan temprana como los 10 u 11 años, dentro del marco del curso escolar de Lengua y Literatura, a menudo lo relacionan con el mundo del más allá debido al protagonismo que tienen los espíritus malignos y la Muerte en muchas de sus obras. Entre sus numerosas excentricidades, destaca el hábito de dormir sentado, causado por su tafofobia, un miedo intenso a ser enterrado vivo. Sus aficiones también eran poco usuales. Por ejemplo, Gógol coleccionaba libros en miniatura, que hoy en día solemos llamar “de bolsillo”. A veces gastaba fabulosas cantidades de dinero en ejemplares solo por ser minúsculos, aunque no tenían ningún valor literario para él. Así, adquirió una enciclopedia de matemáticas en dieciseisavo a pesar de que nunca le interesaron ciencias exactas.

Aparte de coleccionar libros, el escritor tenía otro pasatiempo poco esperado para un hombre de aquella época. Según Pável Ánnenski, crítico literario y amigo íntimo del clásico, Gógol se dedicaba con pasión a hacer labores de aguja. El maestro creaba pañuelos de batista y arreglaba capotes, señala Ánnenski. Aprendió a bordar, tejer y coser, probablemente, de sus cuatro hermanas: Anna, María, Olga y Elizaveta.

El escritor también era aficionado al arte culinario. Le encantaba invitar a sus amigos a varéniki (pequeñas empanadillas en forma de media luna, rellenas de patata, requesón o cerezas) y galushki (trozos de masa hervidos en agua), que históricamente eran platos típicos de eslavos orientales. La bebida favorita de Gógol era la leche de cabra hervida con ron según una receta especial. El cocinero amateur la llamaba “gógol mógol”, aunque el nombre de “gógol mógol” en Rusia se utiliza hasta el día de hoy para denominar un simple ponche de huevo.

Vladímir Nabókov y las mariposas

A Nabókov – nacido en San Petersburgo e internacionalmente reconocido por su obra escrita en inglés, especialmente por la novela Lolita (1955) – desde muy joven, le fascinaba la naturaleza y, particularmente, las mariposas. La admiración por los lepidópteros lo llevó más tarde a realizar importantes investigaciones científicas: el literato ruso demostró que era un verdadero entomólogo e incluso fue el primero en describir algunas especies de mariposas en sus artículos académicos.

La mariposa se convirtió en un símbolo de su obra: se estima que los libros de Nabókov contienen un total de aproximadamente 570 referencias a estos fascinantes insectos. El escritor solía declarar que, si su familia no se hubiera ido de Rusia por temor al bolchevismo en 1919, se conformaría con ser un humilde colaborador científico en algún museo zoológico regional.

Nabókov estudiaba mariposas dondequiera que viviera: en San Petersburgo, luego en Crimea, después en Francia y otros países europeos, así como en Estados Unidos, donde residió durante casi 20 años. A los 62 años, Nabókov acabó instalándose en Suiza. Cuando se le preguntaba por qué había decidido arraigarse allí, siempre respondía que las mariposas eran la razón principal. A lo largo de los casi 70 años que pasó en el extranjero, el escritor reunió varias colecciones de mariposas impresionantes, pero solo se han podido conservar los ejemplares de sus periodos estadounidense y suizo. Otra pasión del ocho veces candidato al Premio Nobel de Literatura era el boxeo. De adolescente, Nabókov se ejercitaba con un entrenador personal y tenía una peculiar manera de lanzar puñetazos a la inglesa; según su propia descripción, “no con la parte inferior del puño, sino con los nudillos”, lo que sacaba de quicio a sus compañeros de colegio. Durante los años de emigración más difíciles, cuando su situación económica era muy precaria, lo que le ayudó a mantenerse a flote y no quedarse sin techo fueron las clases de tenis, francés y también de boxeo.

Alexánder Kuprín y la aviación

Alexánder Kuprín, destacado autor ruso, conocido sobre todo por las obras El brazalete de granates y El desafío (o El duelo), tenía una afición tan exótica para aquella época que, en términos modernos, lo podríamos calificar como un deporte extremo. Se trata de la aviación. Hombre de físico corpulento, el escritor surcó los cielos en globos aerostáticos y aviones y se adentró en los fondos marinos con una escafandra.

Su interés por la aviación empezó en 1909 tras visitar el aeródromo de San Petersburgo y presenciar uno de los primeros vuelos realizados en público. A pesar de que el vuelo acabó en fracaso, ya que el avión se estrelló —menos mal que nadie murió en el accidente— Kuprín se propuso emprender un vuelo él mismo. Además, contagió con su idea a su amigo, el famoso luchador Iván Zaíkin.

En 1910, en la entonces ciudad rusa de Odesa, los compañeros pudieron hacer realidad su sueño al despegar en un Farman, avión de fabricación francesa muy popular en aquella época. Los dos volaron en la cabina abierta del biplano: por delante estaba el piloto Zaíkin y por detrás, Kuprín, de pasajero. El vuelo terminó en un accidente que casi mató a ambos. Fue tan increíble la experiencia que dio para un pequeño ensayo titulado Mi vuelo. Más tarde, Kuprín escribió numerosos cuentos dedicados al origen de la aviación y a los valientes pilotos pioneros: Gente-aves, Vuelo mágico, Sueños, Serguéi Útochkin, Sashka y Yashka, Corazón perdido.

En 1910, cuando en el aeródromo de Gátchina (una pequeña ciudad cerca de San Petersburgo) abrió sus puertas el departamento de aviación adjunto a la escuela aeronáutica local, Kuprín comenzó frecuentarlo. Entabló amistad con los pilotos Prokófiev y Konoválov, quienes a menudo lo llevaban a volar, y él, por su parte, les dedicaba relatos. Kuprín conservó para siempre su actitud entusiasta hacia “la gente del aire”, y la sensación de vuelo la puso por encima de “todas las maravillas del más maravilloso de los cuentos de hadas”.


Selección de material, redacción y traducción:
Club de estudiantes “Latidos Unidos” de la Universidad Estatal de Moscú de Relaciones Internacionales (MGIMO
)
Asesoría y Corrección: Bricslat (Argentina)

Fuentes:

  1. https://www.culture.ru/materials/223370/neobychnye-khobbi-russkikh-pisatelei
  2. https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/2/24/Mikhail_lermontov.jpg/800px-Mikhail_lermontov.jpg
  3. https://www.pravmir.ru/wp-content/uploads/2014/10/3868582.jpg
  4. https://www.pravmir.ru/wp-content/uploads/2014/10/L1.jpg
  5. https://www.pravmir.ru/wp-content/uploads/2014/10/L3.jpg
  6. https://cdn.culture.ru/images/0d1f6594-5305-5e35-89e0-54e9211b06af/g_center,c_fill/6.jpg
  7. https://dzen.ru/a/Y9uNp8FDAAK-SMjt
  8. https://dzen.ru/a/Y9uNp8FDAAK-SMjt
  9. https://sun9-23.userapi.com/impg/qL9clGm4d8OUInXcyakmnx0YiwZTQ0lMwKVNqw/Zd35EGMqyWQ.jpg?size=693×1080&quality=96&sign=fea2fe45c807d17860b98694f2c90b71&type=album
  10. https://u.livelib.ru/reader/Arlett/o/6h7dodz0/o-o.jpeg
  11. http://xn--80aafy5bs.xn--p1ai/wp-content/uploads/2015/12/3.I.M.Zaikin-u-svoego-samoleta-Farman-F.IV_.-600×600.jpg
  12. https://www.meisterdrucke.ie/fine-art-prints/Mikhail-Yuryevich-Lermontov/712647/The-Battle-of-the-Valerik-River-on-July-11,-1840.html