¿Por qué un pintor de iconos ubicó, en una de sus obras, a Lev Tolstói… en el infierno?

¿Por qué un pintor de iconos ubicó, en una de sus obras, a Lev Tolstói… en el infierno?

Fragmento del fresco «Lev Tolstói en el infierno», M.I. Andriushin. 1883. Museo de Historia de la Religión y el Ateísmo, Academia de Ciencias de la URSS. Leningrado.

Balabánov/Sputnik

Uno de los frescos de la Iglesia del Elogio de la Virgen en el pueblo de Oriol, en la región de Perm, presenta el retrato de… ¿Lev Tolstói? ¿Por qué aparece el autor de Guerra y paz en una representación religiosa?

Aunque creyente, Lev Tolstói tenía ideas religiosas que lo distanciaban de la Iglesia. Para él, los rituales y los sacramentos no eran importantes. Lo que importaba era que “el hombre no responda al mal con el mal, no juzgue a los demás y no mate a su prójimo”. En 1901, el Santo Sínodo publicó una resolución en la que declaraba que el escritor se había “desvinculado” de la Iglesia. Se le prohibió recibir los sacramentos (es decir, la confesión y la comunión). No se le dio sepultura religiosa. La Resolución del Santo Sínodo terminaba con palabras de conmiseración: “Por tanto, al atestiguar que se ha separado de la Iglesia, rogamos al mismo tiempo al Señor que le conceda el arrepentimiento para el conocimiento de la verdad.” (II Tim. II, 25).

En respuesta a esta decisión de la máxima autoridad de la Iglesia ortodoxa rusa, Lev Tolstói publicó una carta en la que no dudaba en afirmar: “Y me he convencido de que la enseñanza de la Iglesia es, teóricamente, una mentira astuta y dañina, prácticamente, un compuesto de burdas supersticiones y hechicerías, bajo las cuales desaparece absolutamente el sentido de la doctrina cristiana”.

Los admiradores del novelista expresaron su indignación, y los partidarios de la ortodoxia interpretaron cada uno a su manera la Resolución del Santo Sínodo. Algunos iconógrafos infligieron a Lev Tolstói la condena eterna representándolo en el infierno. Este fue el caso del iconógrafo que pintó los frescos de la iglesia de Oriol. La primera versión de esta ilustración del Juicio Final, en la que el escritor estaba de pie entre pecadores, no ha sobrevivido. La que podemos admirar hoy es la segunda versión. En 1883, el autor de los frescos de la iglesia de la Virgen del Signo, en el pueblo de Tazovo, en la región de Kursk, reservó un destino idéntico a Lev Tolstói. La pintura sufrió daños a finales de los años treinta. El fragmento en el que aparece el escritor se conserva ahora en el Museo de Historia de las Religiones de San Petersburgo.

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RB