Ramiro Barreiro
Canelones (Uruguay), 27 oct (Sputnik).- El 21 de mayo de 2021, a poco más de un año de la asunción de Luis Lacalle Pou como presidente de Uruguay, un humilde restaurante ubicado en Las Piedras, departamento de Canelones (sur), fue escenario de un encuentro casual entre el mandatario y el entonces intendente canario y hoy máximo aspirante a jefe de Estado, Yamandú Orsi.
Aquel encuentro en el que ambos comieron cazuela de lentejas, aunque en mesas separadas, junto a sus equipos, fue visto por la prensa local como una transición anticipada, dado el crecimiento que ya tenía la imagen de Orsi como figura de la oposición.
Este domingo, en esta capital departamental, Lacalle Pou y Orsi compartieron selfies y recibieron aplausos por parte de sus seguidores, que los acompañaron a votar a distritos separados por apenas 850 metros.
Poco más de 10 minutos le llevó al candidato del Frente Amplio (centro izquierda) llegar al cuarto secreto del distrito 34 de la Universidad del Trabajo del Uruguay (UTU) de Canelones, dónde le tocó votar, aunque de secreto el cuarto no tuvo nada: desde temprano una docena de cámaras esperaban a pocos metros de las listas el voto de quien es favorito en las encuestas.
Pantalón beige, zapatos náuticos marrones y una camisa azul con el detalle de un botón de otro color al resto: Orsi mostró en su sufragio la misma sencillez y tono conciliador que exhibió a lo largo de la campaña.
Tras votar, a las 10.44 de este domingo (13:44 GMT), sonrió ante cada teléfono que le fotografió, saludó a los militantes de las listas opositoras a la suya y habló más de 10 minutos con la prensa, donde adelantó que, de resultar ganador, comenzará a trabajar para la transición antes de llegar al 1 de marzo, fecha de investidura, y opinó que el país necesita de la unión de todos los partidos políticos para combatir la inseguridad.
¿Esa fue la principal preocupación de los votantes que compartieron distrito con el candidato y que hablaron con la Agencia Sputnik durante la espera.
“La inseguridad, ante nada. Ante todo. La carestía, la droga”, resumen Alba Oliveira y Leonardo Marquisio, una pareja de adultos mayores, cuando se les consulta sobre el principal problema que sufre el Uruguay, y que relacionaron el incremento de los delitos con el crimen organizado que se financia con el narcotráfico.
El hombre describe que en esta ciudad de 27.000 habitantes, “antes se podía salir tranquilo, dejar las puertas abiertas” y ahora ya no, y que ellos mismos fueron víctimas de hechos delictivos al menos tres veces.
“La seguridad es el tema que más me preocupa; en Canelones en general hay lugares donde recrudeció mucho y son preocupantes las muertes de los niños en el narcotráfico y que todos los días tenés cinco o seis muertos o baleados, gente inocente que está parada y le cae una bala”, coincide Norma Gutiérrez, una jubilada de 69 años.
PRESIDENTE SALIENTE
A primeras horas de la mañana, Orsi reveló una anécdota de su vida que pocos conocían: fue fiscal en la mesa donde, a mediados de los 90, votó por primera vez el actual presidente, Luis Lacalle Pou, quien este domingo sufragó a escasos 850 metros de ahí, en el distrito 16 del Instituto de Formación Docente de Canelones Juan Amós Comenio.
Antes de ingresar, el mandatario fue recibido por un grupo nutrido de personas, en su mayoría mujeres mayores que se tomaron cerca de 80 selfies con el presidente, al tiempo que le sujetaban fuertemente del rostro y le agradecían, sobre todo, por la gestión de la pandemia de covid-19. Los pocos y tímidos hombres que se le acercaron, le palmeaban la espalda.
“Vengo a despedirlo y agradecerle todo lo que ha hecho por nuestro país, porque la verdad que hay que reconocerlo”, afirma Gabriela Sastre de 54 años. “La pandemia fue el desafío más difícil que le tocó, y yo lo reconozco porque a pesar de que, desde el día que entró se encontró con todo eso, la verdad que la supo llevar”, añade.
La emoción perduró en el cuerpo de Lacalle Pou aún después de votar, pasadas las 11.40, y pudo verse en un leve temblor de manos que le dificultó guardar su libreta electoral.
Consultado por Sputnik sobre sus sensaciones personales, manifestó: “estoy bien, estoy tranquilo, quedan 125 días y lo voy a vivir intensamente”, y bromeó con la pregunta, al relacionarla con una sesión de terapia psicológica.
El final de su camino quizás sea el inicio del de Orsi, y la transición podrá volver a reunir a dos figuras cuyas vidas ya están cruzadas.
Más de 2,7 millones de uruguayos están convocados para elegir presidente y vicepresidente para el período 2025-2030, más 30 senadores y 99 diputados, así como para decidir sobre dos reformas a la Constitución.
Este domingo también se votan dos plebiscitos: uno que propone cambios en el sistema jubilatorio y otro sobre la posibilidad de que la Policía realice allanamientos nocturnos en hogares, algo que actualmente está vetado por la Constitución.
En la carrera por la presidencia contienden 11 candidatos, entre ellos Yamandú Orsi, del Frente Amplio (centroizquierda), Álvaro Delgado, del Partido Nacional (centroderecha) y Andrés Ojeda, del Partido Colorado (centroderecha).
En caso de que ningún candidato presidencial consiga el 50 por ciento más uno de los votos válidos, se realizará una segunda vuelta el 24 de noviembre. (Sputnik)
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