Un paso estratégico en el nuevo diseño multipolar.

Un paso estratégico en el nuevo diseño multipolar.

En este contexto cambiante hacia un nuevo mundo multipolar, surgen fuerzas y contrafuerzas, como son el nuevo BRICS – 11 y las resistencias de algunos países a la asociación del Sur Global.

Desde BRICSLat les compartimos una nota de opinión de Telma Luzzani que analiza este fenómeno y el posible papel de Argentina y América Latina en el nuevo tablero mundial.

El Brics 11 modifica el tablero global, La inclinación política que adopte Argentina con el próximo gobierno será determinante para el avance natural o la postergación traumática del nuevo orden multipolar en marcha de forma irreversible”.

NOTA de OPINIÓN – Por Telma Luzzani.

Argentina ha dado un gran paso hacia el futuro. El fenómeno se llama BRICS-11. El jueves 24 de agosto, el presidente sudafricano Cyril Ramaphosa, como anfitrión de la XV Cumbre de los BRICS, dio a conocer una decisión histórica: a partir del 1º de enero del 2024, seis nuevos países formarán parte de esa pujante organización integrada hasta ahora por Brasil, Rusia India, China y Sudáfrica. Y no serán los únicos: “nuevas fases seguirán a este proceso de expansión”, aseguró el sudafricano.

Arabia Saudita, Irán y Emiratos Arabes Unidos –tres grandes productores de petróleo y gas de Asia-; Egipto y Etiopía –dos naciones claves para reforzar la representación africana con sus recursos naturales y su locación estratégica- y Argentina, fuertemente defendida por un visionario como es el presidente de Brasil, Lula da Silva, son los nuevos integrantes. 

Nuestro país es clave en el actual tablero geopolítico. No sólo poseemos un territorio enorme (el octavo más extenso del mundo) y rico en recursos, sino que –para bien o para mal- ocupamos un lugar estratégico en relación a los continentes americano y antártico. Más aún. La inclinación política que adopte Argentina con el próximo gobierno será determinante para el avance natural o la postergación traumática del nuevo orden multipolar en marcha de forma irreversible. 

Una presidenta o presidente que elija la sumisión a Washington y ceda, disciplinadamente, nuestra política de Estado a la Casa Blanca, no sólo es una catástrofe para los argentinos sino un gran obstáculo para Brasil, para América del Sur y para la mayoría global. Nadie puede detener el tiempo ni evitar los cambios. Sólo, intentar desviarlos.

Los saben bien los estrategas estadounidenses que buscan lograrlo –como con Jair Bolsonaro en Brasil- sembrando la desintegración y el caos. En Argentina, los buscan con candidatos como Patricia Bullrich o Javier Milei y con tácticas de guerra híbrida (intentos de magnicidio, ataques a la moneda, inflación, saqueos, incremento de la inseguridad, etcéteras), en marcha desde hace varios meses.

Lula, como todo gran estadista, comprende muy bien la importancia de la coyuntura y utiliza cada foro disponible para fortalecer a Argentina. En ese contexto, fue un error que no hubiera viajado a Johannesburgo algún alto representante argentino. En el país, hubo versiones mediáticas sobre una posible marcha atrás en la decisión de sumar países, en esta cumbre. Sin embargo, un importante delegado (específicamente, un “sherpa” no argentino que participó de los cabildeos en Johannesburgo), consultado para este artículo, aseguró que “el tema estuvo siempre en la agenda”. 

¿El ingreso fue tema de discusión? Obviamente. Hubo debates e incluso diferencia de opiniones dentro de algunas cancillerías como Itamaraty. Por eso era importante que Cancillería argentina estuviera. Afortunadamente, Lula, nuestro protector, decidió seguir su instinto y no las recomendaciones de sus consejeros.

El reordenamiento geopolítico 2024

Los medios de la anglósfera no ocultan su preocupación. Algunos, como el británico “The Economist”, repitieron la narrativa de Washington: demonizaron la Cumbre, auguraron el rotundo fracaso de los BRICS ampliados y se centraron en la ausencia del presidente ruso, Vladimir Putin, quien no viajó porque lo requiere la Corte Penal Internacional (Sudáfrica es signatario del Estatuto de Roma). 

Otros medios, más realistas, como el británico “The Telegraph” o el estadounidense “Newsweek”, se preguntaron, en cambio, si esta nueva comunidad más amplia e inclusiva no tendrá –a la hora de tomar decisiones globales- más peso que el hiperconcentrado G7 (grupo que supo ser el de los “siete países más industrializados del mundo”).

Actualmente, los BRICS:


1)    mueven entre el 25 y el 30% de la economía mundial; 
2)    son un mercado que abarca casi la mitad del planeta (el 42% de la población mundial); 
3)    tres de los cinco países que lo integran tienen poder nuclear y dos de ellos ejércitos poderosísimos; 
4)    China es la primera potencia mundial en inteligencia artificial y lidera el motor tecnológico del planeta (según acaba de admitir la Universidad de Stanford); 
5)    entre los siete países más extensos del planeta, cuatro son BRICS (es decir, el 30% de la Tierra, el otro 70% lo comparten unos 190 países)
6)    y la lista de países que quieren sumarse a sus filas son (extraoficialmente) unos cuarenta.

“En los últimos años, los BRICS contribuyeron a más del 50% de crecimiento del producto bruto del mundo. Si uno ve los países que se están sumando, como Argentina, y los más de 40 que quieren hacerlo, este grupo ampliado se va a constituir en uno de los espacios más importantes a nivel mundial. Juntos vamos a representar la voz de los países emergentes, que históricamente hemos sido postergados en los organismos internacionales”, afirmó el embajador argentino en China, Sabino Vaca Narvaja, quien subrayada la importancia de los BRICS para establecer “un orden global armónico”.

También Lula lo destacó: “Eramos llamados Tercer Mundo, luego ‘en vías de desarrollo’. Ahora somos Sur Global. Vean qué cambio enorme: la economía empieza a cambiar y la geopolítica empieza a transformarse”.

Durante la XV Cumbre, los líderes de los BRICS insistieron en el carácter “neutral” del organismo en cuanto a las decisiones de política interna de cada país. Como foro de cooperación económica y social rechazan que sea apenas una minoría selecta de la población mundial la que dicta las reglas y defienden la diversificación, el multilateralismo y la ecuanimidad sistémica.

“La expansión de los BRICS hacia otras naciones en desarrollo refleja la voluntad de cooperación y de fortalecer la paz y el crecimiento mundial”, dijo el presidente chino Xi Jinping.

El diseño del BRICS-11 muestra que se buscó una distribución estratégica y ecuánime en los distintos continentes, con un claro eje puesto en lo geoenergético. Arabia Saudita, Irán y Emiratos pertenecen a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), gran decisora de la cantidad de producción y los precios de los hidrocarburos.

Con los nuevos miembros, la producción de gas va a superar fácilmente el 40% mundial y la de petróleo, el 45% (una estimación muy conservadora). Algunos analistas preanuncian el reemplazo del petrodólar por el petroyuan. Aunque esto no suceda, es evidente que el epicentro de las decisiones se está desplazando, que habrá nuevas reglas y que el fluir económico y comercial del planeta va tomar otros rumbos.

Esta nueva configuración energética tomará cuerpo cuando Rusia, la gran potencia gasífera y petrolera, presida los BRICS.

También se incrementará la posibilidad de intercambio comercial con moneda nacionales, aunque no se visualiza en el corto plazo ningún plan de desdolarización. Nadie quiere agitar la ira del imperio y todos se llaman a cautela. 

En ese sentido, nuestra región debe ser cuidadosa. Desde que EEUU se imaginó como potencia, necesitó tener el control total de nuestra región para usarla como plataforma de expansión y conquista (hoy de resistencia).

Washington nos considera parte de su área de influencia y no está dispuesto a perderla. Jamás se ha permitido perder su capacidad de manipulación y de dominio. Ha conseguido victorias temporales (Bolsonaro o Macri) pero nuestra autopreservación nos indica que el único camino es el de la autonomía y la independencia.

Con cautela, pero con coraje. Es hora de navegar las aguas turbulentas de la soberanía. No por mostrar que somos valientes sino para protegernos, porque el destino que nos espera si no encaramos las nuevas alternativas que hoy, gracias a Lula, se nos presentan, van a ser una agonía humillante y dolor inconcebible.


Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de BRICSLat.

@ElDestapeWeb

/ Imagen principal: © AFP